Ayer me llegó el aviso de renovación del dominio vidaknowmad.com, eso quiere decir que hace ya dos largos años que puse este proyecto de blog/web personal en marcha, y me doy cuenta que es otro más de esos proyectos que empecé, con todo el entusiasmo del mundo, con mil ideas y mil cosas por decir, y que al poco quedó abandonado como tantos otros miles de blogs en internet.
Me perdí en el absurdo de la técnica, de los plugins, de lo que hacen otros, de no querer dar demasiado de mi misma, de querer crear un contenido propio pero medido, correcto, sin mojarme en él, y me aburrí yo misma de lo que escribía, y de las muchas palabras vacías que nunca llegué a publicar.
No es algo que me pase a mi sola, es algo común, emprender y dejar, lo que hoy es fantástico mañana es un churro, o peor, lo que crees que va a ser un bombazo, que vas a crear algo que llegue a un montón de gente resulta que no llega a nadie, no te lee ni tu madre, no te lees ni tu. Y ahí se queda, otra derrota más, otro proyecto más al cofre de los sueños perdidos. Porque emprender y caer es normal, pero más normal debería ser, emprender, caer y aprender.
Hoy he escuchado algo que me ha gustado mucho. Cuando somos niños aprendemos a andar de forma natural. Nos caemos una, dos, cien veces, pero eso no nos impide intentarlo de nuevo, ni siquiera nos lo planteamos. Seguimos intentándolo hasta conseguirlo. Tengo tres gatos que tienen un problema de nacimiento y sufren ataxia, eso quiere decir que no tienen equilibrio y que se van cayendo constantemente. Eso es un putadón para un gato, pero ellos no se lo plantean, son así, y nada les impide ir de su cama a la arena a hacer sus pipis y sus cacas, aunque se caigan cien veces por el camino, y no tengan bigotes de los porrazos que se dan en la cara, porque su objetivo es llegar al lugar donde van a hacer sus necesidades.
Ese instinto animal, que tienen los animales y nosotros cuando somos niños, pues no dejamos de ser animales, parece que lo perdemos al hacernos adultos, y nos cagamos de miedo a la mínima que algo sale mal, o desistimos a la que algo se complica o nos da mucho que pensar. Y toda esa pasión que pusimos al principio en esa idea, proyecto o lo que sea, se esfuma, y la desechas.
Por eso hoy, después de estar pensando en ello durante todo el día, he decidido darme una segunda oportunidad, con otra perspectiva. Escribir por el placer de hacerlo, con cierto compromiso y constancia, porque llevo un tiempo haciéndolo para mi misma, y esos días en que me siento ante una pantalla en blanco y suelto lo que llevo dentro duermo mejor. Dando lo que tengo, lo que todos tenemos, nuestra propia experiencia, porque quizás sea útil para alguien, o simplemente porque para mi misma lo es materializarla en palabras, en un ejercicio personal de autoconocimiento y reconocimiento. Así pues, celebro el segundo año de vidaknowmad proponiéndome su continuación, y bailando al ritmo de una canción de los encantadores Asdlánticos, un grupo cordobés que me encanta y que tienen una canción muy potente y muy acorde con lo que acabo de escribir. A la salud de vidaknowmad! Mi primer día.