Esta tarde he estado viendo una película que me ha hecho pensar en la nostalgia de un lugar. Se trata de Brooklyn, y cuenta la historia de una chica irlandesa que emigra a Nueva York. Es una bonita historia de amor y superación, pero lo que más me ha hecho pensar es en ese sentimiento de nostalgia que todas las personas que hemos vivido o vivimos fuera de nuestro lugar de origen hemos sufrido alguna vez. Ese vacío en la boca del estómago, ese sentimiento de soledad, extrañeza, ese echar de menos casi de manera irracional cosas que cuando las tienes al lado ni te fijas.
La vida knowmad comporta muchas veces algo que su mismo nombre implica, ser un poco nómada. Cambiar de lugar, de entorno, para buscar nuevas oportunidades y posibilidades. Esa nostalgia, esa morriña es algo que te va a perseguir allá donde vayas. aunque te sientas una persona poco arraigada a un lugar, aunque tuvieras unas ganas locas de cambiar de aires, de entorno, aunque haya tantas cosas que detestabas que has dejado atrás, aún así…
La frase final de la película interpretada por una fantástica Saoirse Ronan define ese sentimiento, y quiero compartirla con vosotras.
Sentirás tanta nostalgia, que te querrás morir, y no hay nada que puedas hacer al respecto, aparte de aguantarte. Pero lo harás y no te matará. Y un día, el sol saldrá… quizás no lo notes de inmediato, pero será esa sensación… Y luego te darás cuenta de que estás pensando en algo más… en alguien que no tiene conexión con el pasado. Alguien quien es sólo tuyo. Y te darás cuenta… que aquí es donde está tu vida.